Las expectativas eran altas, y la realidad ha superado, en muchos aspectos, las previsiones más pesimistas. Desde la subida del dólar hasta la quita de subsidios, la población se enfrenta a un escenario de incertidumbre económica y social terrible. La devaluación del peso, con el dólar oficial fijado en $800, representa un ajuste del 118.5% respecto al valor anterior. Esta medida, justificada hasta el hartazgo por los funcionarios del gobierno nacional, que comenzó en el discurso de asunción de Javier Milei en términos de equilibrio fiscal, sin duda golpeará los bolsillos de las y los ciudadanos. La incertidumbre se agrava al no contar con detalles sobre si este valor incluye impuestos y adelantos, generando preocupaciones adicionales sobre el impacto real en la vida diaria. La eliminación de subsidios a la energía y el transporte, unido a la suspensión de licitaciones de obra pública y la reducción de transferencias a las provincias, que, en nuestro caso, es en compensación por el punto de coparticipación quitado a la provincia en 1988, pinta un panorama complicado para el desarrollo y bienestar social. La lógica del ajuste, presentada como inevitable, parece dejar en segundo plano las consecuencias directas sobre la actividad económica y el empleo. Con este escenario, también la crisis social es inevitable. La falta de precisiones en los anuncios, especialmente en lo referente a la aplicación del impuesto PAIS y las retenciones a las exportaciones industriales, deja a diversos sectores en la incertidumbre. ¿A qué importaciones se aplicará la alícuota del impuesto PAIS? ¿Cómo afectará a la competitividad del sector industrial la imposición de retenciones hasta ahora exentas? Estas son preguntas que esperan respuestas claras. El aumento de los planes sociales, aunque necesario para paliar los efectos adversos sobre los sectores más vulnerables (AUH, Potenciar Trabajo y Tarjeta Alimentar), se ve opacado por la posible eliminación de la movilidad jubilatoria. Los jubilados y pensionados quedan en una posición más precaria, dependiendo de aumentos "a discreción" del gobierno. La falta de detalles sobre las paritarias y su relación con la devaluación añade incertidumbre al futuro salarial de los trabajadores. Las medidas económicas anunciadas por el ministro Caputo han generado más preguntas que respuestas. Las y los argentinos esperamos precisiones sobre cómo se llevarán a cabo estas decisiones y cómo impactarán en nuestro día a día. La incertidumbre económica se cierne sobre el país, y la gestión del gobierno Libertario que quiere equilibrar la economía pensando en la Macro con la gente a fuera, dejando sin protección de los sectores más vulnerables y sin el estímulo a la actividad económica. El panorama es desolador, ya que conocemos que la propuesta de campaña de los libertarios (Campaña del Miedo), que ya se comenzó a implementar.