Acompañado por un grupo de pastores y fieles que oraron por su fortaleza espiritual y liderazgo, Milei no se guardó nada. Entre cantos de adoración y fervor religioso, lanzó frases que resonaron como un trueno: “Este país está podrido por culpa de la casta y del socialismo disfrazado de justicia social. Vamos a pulverizar ese sistema perverso.” Durante el acto, se lo vio emocionado, con una Biblia en la mano, mientras los presentes oraban por una Argentina libre de corrupción, de privilegios y de burocracia estatal. “La única salida es más libertad, más mercado y menos Estado. No vinimos a gestionar esta miseria: vinimos a prenderle fuego”, disparó. La visita generó impacto nacional y dejó en claro que el plan de gobierno no solo es económico, sino espiritual y filosófico: un cambio de raíz, que enfrenta a un aparato estatal que –según Milei– vive a costa del esfuerzo ajeno. “Con Dios, con el pueblo y con las ideas de la libertad, no hay fuerza que nos detenga”, cerró ante una multitud que lo ovacionó. La reunión se dio en el marco de encuentros con sectores evangélicos que lo apoyan como “instrumento de transformación”.