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17 de agosto de 2023

Críticas de los bancos internacionales y de un ex funcionario del Tesoro de EEUU a la dolarización que propone Milei

El think tank que reúne a las principales entidades financieras del mundo consideró que se trata de una idea “terrible” y Mark Sobel, representante de Obama en el FMI, opinó que suena atractiva pero que no resolverá los problemas serios del país

Las críticas a la idea de dolarizar la economía argentina que promueve el candidato presidencial Javier Milei comenzaron a multiplicarse en Estados Unidos.

Por un lado, Robin Brooks, el economista jefe del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, según su sigla en inglés, que agrupa a los bancos internacionales), sostuvo que se trata de una “idea terrible”.“La dolarización es una idea terrible; la última vez que se intentó esto terminó en una gran devaluación que lo descarta para siempre como un objetivo de política. El peso está, incluso con la devaluación reciente, muy sustancialmente sobrevaluado, solo mire su nivel frente a Brasil y Turquía”, indicó el economista jefe del IIF.

Por otra parte, Brooks expresó su apoyo a un artículo del ex represente de Estados Unidos en el directorio del FMI durante el gobierno de Barack Obama, Mark Sobel.

“Con la ‘sorprendente’ victoria de Javier Milei en las elecciones primarias de Argentina, los inversores mundiales se centran ahora en sus propuestas de política económica, muy poco ortodoxas, de fuerte austeridad fiscal, liberalización y dolarización y, por extensión, de abolición del banco central”, indicó el experto en finanzas internacionales.

“Independientemente de quién gane la presidencia, Milei tiene razón al pedir una consolidación fiscal masiva para frenar el exceso de endeudamiento y liberalizar la economía para impulsar la productividad. Pero la dolarización sería una apuesta demasiado arriesgada. No hay soluciones milagrosas para los problemas del país, sólo trabajo duro”, aclaró el director del Official Monetary and Financial Institutions Forum.

“La Argentina lleva mucho tiempo sufriendo ciclos de gasto excesivo en un contexto de bajo ahorro. Este ciclo se hace evidente de nuevo en las desastrosas condiciones económicas actuales. El exceso de endeudamiento interno es financiado por el banco central, provocando una inflación elevada o hiperinflación”, afirmó.

“El endeudamiento externo a gran escala se hace insostenible, provocando default en serie. Los controles de capital y las múltiples prácticas cambiarias socavan aún más la competitividad”, expresó.

“Se trata de problemas fundamentales que las políticas fiscales, monetarias y estructurales deben solucionar. Dolarizar la economía es atractivo a primera vista”, indicó.

“La economía argentina ya está significativamente dolarizada, ya que hay poca confianza en el peso, y la dolarización total no parece un paso demasiado lejos. Se quitaría discrecionalidad a los funcionarios, dado su historial de fracasos”, explicó.

“En principio, la dolarización requiere que el Gobierno se tome en serio la cuestión fiscal y se asegure de que ya no hay financiación monetaria. En teoría, la inflación debería disminuir brusca y sosteniblemente, con la credibilidad del país ligada a la política monetaria estadounidense”, aclaró.

“Pero la dolarización es una estrategia ‘sin salida’ potencialmente peligrosa. Podría sembrar la semilla de una gran contracción y un colapso, al tiempo que desvía la atención del duro trabajo de arreglar la economía”, indicó.

“Con la dolarización, el crecimiento de Argentina dependerá de un superávit por cuenta corriente y de la entrada de capitales. Esto puede ser factible con un fuerte crecimiento mundial, altos precios de las materias primas, inversiones atractivas, un sólido estado de derecho y una moneda infravalorada”, detalló.

“Pero la experiencia de Argentina en la década de 1990 y principios de la de 2000 es una advertencia extrema. Con el plan de convertibilidad, en los años 90 se lograron avances impresionantes para acabar con la hiperinflación y restablecer el crecimiento. Pero a lo largo de la década, los déficits fiscales y la deuda no se controlaron”, recordó.

Convertibilidad y dolarización

“El plan de convertibilidad era una caja de conversión, no una dolarización total. Sin embargo, aunque resultó beneficioso para la inflación argentina, no estaba suficientemente respaldado por políticas macroeconómicas de apoyo y carecía de resistencia frente a las perturbaciones, lo que contribuyó en gran medida a la falta de sostenibilidad y al colapso del crecimiento. La dolarización se enfrentaría a los mismos retos y riesgos”, indicó el ex funcionario del Tesoro de EEUU.

Además, aclaró que “la dolarización también plantea enormes problemas técnicos: se necesitan dólares para respaldar la dolarización, pero las reservas netas argentinas son actualmente negativas. Las autoridades financieras pierden significativamente toda capacidad de actuar como prestamista de última instancia, lo que sólo puede aumentar la vulnerabilidad del sistema financiero”.

“Los vínculos entre las economías argentina y estadounidense son pequeños. Argentina necesita una amplia consolidación fiscal para detener el ciclo perpetuo de endeudamiento excesivo, hiperinflación, morosidad e inestabilidad. Necesita frenar la creación de reservas monetarias”.

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