Escuchar a un alcahuete como Jonathan Viale vociferando en el canal del ex presidente Macri (el gran entregador y responsable absoluto de la debacle institucional y económica) de nuestra país, no puede dar más que repugnancia por el manejo del conocimiento de su público y la mentira parcializada de la realidad, brindando sólo el datelle que inquina y empuja al odio. Si, un apátrida quiere ver el país destruido, sin un mínimo orden institucional y gobernado por un grupo de corruptos pagados por los grupos de poder: la maldita Corte Suprema de Justicia de la Nación. Pero de eso no dice ni una palabra en el programa de Viale, de Rosatti no se habla.

El joven vocinglero recarga el arma y vuelve a disparar, esta vez la bala tiene que salir... como en algún momento los unitarios fusilaron a Dorrego, como hicieron también con Facundo, del mismo modo que bombardearon en el 55, y a los 30 mil desaparecidos, que intentan borrar de la historia. A Cristina no la vayan tocar.

Esta vez saben que con Cristina, la única manera de pararla es metiendola presa o con una bala en la cabeza. Pero seguramente deben asegurarse de que de su plan no haya diputados riéndose en los Cafés haciendo ostentación de la distancia al tiempo del asesinato, ni pseudos partidos políticos de la ultraderecha que presten su nombre para hacer muebles de madera y recibir inversiones millonarias de políticos de Cambiemos. Pero de eso no se habla en el canal de N. Sólo habla de cómo eliminar "al peronista".

El intento del mercenario no es crítico ni constructivo, no apela a la reflexión cuidada que busca un bien común y mayor mediante el respeto y la dialéctica, sino que apela al odio destructivo de la democracia representativa y al federalismo busca dejarlo acéfalo a cada palabra. Habla del populismo como suelen hablar los gringos de los latinos, los europeos de los indios y el carnicero de la vaca, desde la cúspide del neoliberalismo exclusivo y excluyente. Del mismo modo que habla Macri de nosotros, de los peronistas.

Como argentinos, como riojanos, como federalistas, como peronistas... no tenemos que tenerles miedo a estos delincuentes con micrófono que hablan rápido y sin pestañar nos mienten lo vivido, debemos exigirles respeto por la investidura de nuestro gobernador Ricardo Quintela y por todos aquellos representantes que hayan sido elegidos bajo el manto de la democracia,  que tanta sangre costó,  cuesta y costará. 

A Jonathan habría que aclararle que si el justicialismo gobierna hace 40 años esta provincia es porque así lo expresa nuestra constitución y nuestra democracia nos deja elegir a nuestros representantes. Quizá el muchacho de La Nación sienta cierta nostalgia por los Falcón verdes, las homilías gravadas o los estudiantes desaparecidos... en aquella época no se podía elegir, pero apenas se pudo hacerlo, La Rioja eligió al peronismo, con toda su enérgica renovación y su mierda, pero elegidos por el pueblo.

Largos años hemos sido los olvidados de la Nación, toda nuestra historia como país sólo tiene como prósperos a aquellos que pertenecen al eje de producción de la Pampa Húmeda o aquellas provincias que tienen alguna frontera al extranjero para poder exportar, el resto de provincias estamos siempre siendo ninguneadas por el puerto y sus benefactores, dejándonos retrasados y marginados, en ese falso federalismo que hoy la Corte Suprema avala. 

Hasta cuándo debemos permanecer callados, sumisos y avergonzados de nuestra pobreza? Quizá sea el combustible que necesitamos los riojanos como sociedad para comenzar a despertar de una vez por todas y poner a nuestra provincia de igual a igual con las resto del país. Basta de agachar la cabeza, tenemos que apoyar a aquel o aquellos que alzan su vos por nosotros y defender lo que es nuestra tierra, nuestra cultura, nuestra identidad.