Martínez subrayó que una gran parte del espacio político, en lugar de abrir instancias de debate y construcción estratégica, interpreta las opiniones críticas como ataques personales. “Eso representa casi tres cuartas partes del partido”, señaló, al describir un clima hostil que, según ella, impide el diálogo abierto y la unidad. La edil riojana remarcó que quienes fundaron el partido y dieron los primeros pasos del liberalismo en la provincia hoy están en otras listas y espacios. Ella misma, junto a su par concejal Ángel Ávila, decidió integrar una nómina alternativa de cara a las próximas elecciones provinciales, separándose de la conducción actual de La Libertad Avanza. En este escenario, los liderazgos de Martín Menem y Lule Menem aparecen en el centro de la polémica. Para Martínez, el peso de sus cargos nacionales y su apellido impiden una conducción horizontal: “No dan el brazo a torcer, están cegados por el poder del momento”, afirmó, responsabilizándolos por una conducción cerrada y excluyente. La edil no dudó en calificar la gestión de Martín Menem en la provincia como una “decepción”, ya que, en vez de unir, estaría generando una fractura aún más profunda dentro de La Libertad Avanza. Las críticas no solo surgen desde su sector: otros concejales, como Escobar y Corzo, también se apartaron para integrarse a la lista de Provincias Unidas, que competirá por bancas en la Legislatura provincial. Martínez también apuntó contra la falta de respuestas ante las acusaciones públicas y denuncias periodísticas que involucran a la familia Menem en supuestos negociados con multinacionales y farmacéuticas. En ese marco, resaltó que incluso la hermana del presidente, Karina Milei, estaría mencionada en investigaciones nacionales como partícipe en el reparto de coimas, lo que suma mayor tensión al espacio oficialista. En definitiva, el diagnóstico de Karina Martínez es claro: La Libertad Avanza en La Rioja atraviesa una de sus crisis más fuertes desde su nacimiento, con un sector amplio decepcionado y en ruptura abierta con la conducción menemista.