Economistas privados indican que la actividad económica registró un retroceso en julio.
Esto es debido a la fuerte volatilidad de las tasas de interés. El impacto se sintió en sectores productivos, comerciales y de servicios, con caída en ventas y operaciones.
La suba del costo financiero y la incertidumbre en el sistema bancario generaron freno en créditos, contratos y proyectos de inversión. Analistas señalaron que muchas pymes postergaron compras y que el consumo sufrió por la pérdida de poder adquisitivo.
Especialistas advirtieron que el Banco Central no logró estabilizar las tasas de referencia, lo que impide fijar precios y condiciones de crédito. También remarcaron que la falta de previsibilidad complica la planificación empresarial y las decisiones fiscales.
El retroceso económico coincide con una caída en la recaudación y un aumento de la informalidad. Analistas pidieron medidas anticíclicas y mayor coordinación entre Hacienda y BCRA para evitar una profundización de la recesión en agosto y septiembre.
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