Desde que asumieron Javier Milei y Luis Caputo, la deuda pública nacional aumentó más de USD 35.000 millones. Una cifra alarmante que incluye deuda en dólares y en pesos, y que marca una tendencia clara: el camino elegido por el gobierno es el del endeudamiento externo como base de su programa económico. Según datos del Instituto Patria Grande (IAG), el stock de deuda bruta nacional pasó de USD 425.556 millones en diciembre de 2023 a USD 461.019 millones en mayo de 2025. Esto representa un salto superior a los USD 35.463 millones, que incluso podría ser mayor si se suman los compromisos aún en curso: ▪️ Licitaciones mensuales en dólares por hasta USD 1.000 millones (meta anual: USD 7.000 millones). ▪️ Línea de crédito (repo) con bancos internacionales por USD 2.000 millones. ▪️ Nueva emisión de BOPREAL, bono para importar, que suma presión sobre el sistema financiero. ¿QUÉ SIGNIFICA TODO ESTO? El aumento de la deuda no se destinó a financiar obra pública, ni a generar empleo, ni a sostener la actividad económica interna. Gran parte fue utilizada para acumular reservas en el Banco Central, con el objetivo de cumplir las metas impuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI). O sea: más deuda para pagar deuda, sin impacto positivo visible en la economía real. Incluso, cuando se redujo momentáneamente el stock de deuda en abril (de USD 472.920 millones a USD 461.019 millones en mayo), fue porque el Tesoro canceló deuda con el Banco Central en Letras Intransferibles. Pero esa "baja" no representa una mejora real: solo se reemplazó una deuda intraEstado por una deuda externa, con peores condiciones y más presión política. ¿QUÉ RIESGOS IMPLICA ESTE CAMINO? 1. Pérdida de soberanía económica: al depender del FMI y de bancos internacionales, las decisiones clave se toman afuera. 2. Recesión con endeudamiento: el ajuste fiscal brutal no frenó la toma de deuda. El Estado gasta menos, pero pide más prestado. 3. Sin crecimiento, no hay salida: si la economía no se reactiva, el peso de la deuda se vuelve insostenible. Más presión sobre el pueblo, menos margen de maniobra. 4. Condiciones explosivas: aumento del desempleo, caída del consumo y un tejido social cada vez más desgastado. El modelo económico elegido está generando una bomba social y financiera que podría estallar en cualquier momento. ¿ES INEVITABLE QUE ESTO TERMINE MAL? Con este rumbo, el final parece escrito: más deuda, más ajuste, menos crecimiento, más dependencia. Y, sobre todo, una sociedad cada vez más golpeada y desencantada, que mira con angustia cómo el país se endeuda sin ver los frutos. La pregunta ya no es cuánto creció la deuda, sino: ¿Hasta cuándo podrá sostenerse esta estrategia sin generar un nuevo colapso?