El Estado provincial por la pasada pandemia del COVID necesitó de sumar colaboradores para enfrentar una situación inusitada y en la cual necesitaba férreos controles para evitar desbordes que compliquen la situación epidemiológica de la provincia.

Allí nacieron los denominados ‘Chalecos Rojos’, un grupo de colaboradores que iban a recibir un pago por colaborar en distintas acciones estatales, pero la pandemia pasó y el compromiso de sus integrantes fueron convirtiéndose en cada vez más importantes para el gobierno provincial, principalmente en la ciudad Capital.

Hoy son una de las patas importantes del Estado en lo que respecta a cuestiones operativas para el gobierno provincial y lo serán también desde el 10 de diciembre para el municipio Capital.

Actualmente desempeñan tareas divididos en brigadas para por ejemplo limpieza de calles de micro, macro centro, avenidas e incluso los barrios de los cuatro puntos cardinales de la ciudad y nadie puede objetar su aporte porque al transitar simplemente uno los ve.

También colaboran con el ordenamiento del tránsito, eventos que organiza la provincia y brindan colaboración a distintos organismos públicos en sus diferentes campos de acción para por ejemplo abordajes de Salud, de Vivienda o incluso en parques públicos que son visitados por miles de familias todos los días o incluso en lugares más lejanos como el dique Los Sauces .

Luego del 10 de diciembre, muchos de ellos si bien dependen directamente de la provincia, es probable que puedan ser asignados a realizar tareas en el municipio de la Capital bajo las ordenes de la nueva administración que encabezará Armando Molina.

El actual secretario de la Gobernación provincial prevé tener una agenda muy activa desde el día uno en la ciudad de Todos los Santos de la Nueva Rioja y junto con los empleados que tiene la comuna y los chalecos rojos que se sumen, prevé darle una nueva visión de Capital, donde la clave será la prestación de servicios y la modernización del Estado.

Los Chalecos Rojos llegaron para quedarse en la vida pública y con numerosas capacitaciones de las que también son parte, irán también profesionalizándose y sumando tareas a una provincia y una Capital que crece a pasos agigantados y que cada vez requiere más atención y servicios.

Hay un compromiso de que sean pasados gradualmente como personal de planta del Estado y es la cuenta pendiente para con ellos que deberá cumplir el Ejecutivo.